Dentro de todas las actividades del Colegio, le prestaba especial atención a Nuestro Guía e iba coleccionando desde 1961 los ejemplares que mes a mes nos entregaban. De alguna forma, esto hizo que con el transcurrir de los años yo llegara a sentir admiración por quienes lo hacían una realidad, así que cuando ya estando en 6to. Magisterio los compañeros me dieron la oportunidad de colaborar en la elaboración del periódico, tome la responsabilidad con especial gusto y motivación.
Vivimos muchos buenos momentos y satisfacciones, pero la preocupación que significaba lograr que la edición saliera en tiempo era una constante de cada mes. Probablemente esto último es uno de los recuerdos que más me vienen a la mente después de 50 años: las horas dedicadas a revisar todo el valioso material que nos iba llegando. Armar el periódico era un reto que significó trabajar hasta la madrugada varios días del mes, para cumplir con la fecha límite acordada con la imprenta. Finalmente, esa preocupación era plenamente compensada por la satisfacción que sentíamos al recibir el tiraje listo para repartirlo.
A la distancia de los años, vemos que Nuestro Guía y todas las actividades extra aula que desarrollamos, fueron experiencias invaluables que contribuyeron significativamente a nuestra formación.