Los miércoles por la tarde nos tocaba la clase de educación física en el estadio Mateo Flores. Empezábamos a las 2 de la tarde con la formación, luego gimnasia, estiramientos y calentamientos de ejercicios. Continuábamos con dos vueltas al estadio (400 metros cada vuelta) trotando. Luego de eso cada uno seguía haciendo su evento o disciplina ya fueran carreras, saltos o lanzamientos.
Después que habíamos entrenado en nuestro evento, corríamos otra vuelta al estadio y finalmente pasábamos a los vestidores a cambiarnos. Creo que todos recordaremos el olor peculiar que había en los vestidores, a un sudor de entrenamiento y esfuerzo que es lo que hace a los grandes atletas.