Inicié mi participación en el coro como soprano acompañando al recordado y querido amigo Miguel Donis.
Tiempo después, se vinieron los años de la adolescencia y Miguel cambió de voz mucho antes que yo, pasando así a integrar el grupo de tenores. Por la vergüenza que me causaba seguir siendo soprano y estando todavía en medio de los patojos de primaria, yo me retiré un buen rato y regresé hasta que ya me había convertido en tenor.
Luego vino la recordada época del coro Belga- San Sebastián que tanto reconocimiento tuvo por la calidad de sus interpretaciones. Recuerdo muy especial merece la siempre muy aplaudida interpretación del Aleluya de Haendel. Hermosa época que nos permitió brindar muchos conciertos y también nos permitió ser invitados a las fiestas de 15 años.